Es una lesión de los ligamentos de una articulación, como el tobillo o la muñeca, causada por una torcedura o un movimiento brusco. Provoca dolor, inflamación y hematoma.

Ocurren cuando los ligamentos que estabilizan una articulación se estiran o se rompen, como en un esguince de tobillo o una ruptura del ligamento cruzado de la rodilla.

Es un desgarro en el menisco, el cartílago que amortigua y estabiliza la rodilla. Causa dolor, inflamación y, a veces, una sensación de bloqueo en la articulación.

Es la inflamación de un tendón, el tejido que conecta el músculo al hueso. Causa dolor y sensibilidad alrededor de articulaciones como el hombro, codo o talón.

Es una enfermedad degenerativa que provoca el desgaste del cartílago en las articulaciones, causando dolor, rigidez e inflamación, principalmente en rodillas, caderas y manos.

Una fractura es la ruptura de un hueso, que puede ser completa o incompleta. Requiere atención médica inmediata para asegurar una correcta curación y evitar complicaciones.

Es la separación completa de los huesos que conforman una articulación, como el hombro o el codo. Causa dolor intenso, deformidad e incapacidad para mover la zona.

Es la inflamación de las bursas, pequeñas bolsas que amortiguan las articulaciones. Causa dolor localizado y sensibilidad en hombros, codos, caderas o rodillas.

Es una curvatura anormal de la columna vertebral hacia los lados, en forma de "S" o "C". Afecta principalmente a niños y adolescentes durante el crecimiento.

Se produce cuando el material blando de un disco de la columna se sale de su lugar, presionando un nervio. Causa dolor intenso, como la ciática, y adormecimiento.

Es la compresión del nervio mediano en la muñeca. Provoca entumecimiento, hormigueo y dolor en la mano, pulgar, índice y dedo medio.

Es el dolor que se irradia a lo largo del nervio ciático, desde la espalda baja hacia la pierna. Generalmente es causado por la compresión del nervio, como por una hernia discal.

Es una enfermedad que debilita los huesos, haciéndolos porosos y frágiles. Esto aumenta drásticamente el riesgo de sufrir fracturas ante caídas o golpes leves.

Son alteraciones del arco del pie. El pie plano tiene un arco disminuido o ausente, mientras que el pie cavo tiene un arco excesivamente alto. Ambos pueden causar dolor.